viernes, 18 de agosto de 2017

Peñol de Guatapé




La Piedra del Peñol es un monolito de 220 metros de altura situado en Guatapé (Antioquía-Colombia) y está compuesta por cuarzo, feldespato y mica, componentes fundamentales como tal vez recuerdes del granito. En la época precolombina, fue un elemento de adoración para los indígenas que habitaban el lugar, y tras la colonización española surgieron diferentes leyendas sobre ella, la más conocida relativa a que el diablo intentó llevársela en varias ocasiones y consecuencia de ello apareció la grieta que tiene en su costado occidental.
Considerada como un estorbo para los habitantes del lugar, que se dedicaban mayoritariamente a la agricultura,  fue escalada por primera vez el 16 de julio de 1.954 por Luis Eduardo Villegas López, un habitante de la zona, en compañía de Ramón Díaz y Pedro Nel Ramírez, pero lo más llamativo es cómo surgió esta escalada, El párroco del lugar, el padre Alfonso Montoya, en una de sus homilías utilizó, en relación al Peñol, la expresión de que "los sapos no suben a las piedras" lo que provocó, a modo de reto, la ascensión de los protagonistas ya citados que tardaron 5 días en llegar a la cima.

En su momento hubo diversas teorías sobre su origen, reducidas principalmente a tres:

-primeramente se decía que podía haber sido un meteorito, pero estudios geológicos determinaron la composición ya descrita, por lo que esta teoría fue descartada ya que son minerales muy comunes en nuestro planeta.

-en una segunda teoría  se insinuaba que podía tener un origen volcánico, fruto de una erupción que al entrar en contacto con el aire acabó formando la roca.

-finalmente, y esta es la  generalmente aceptada, atribuye su origen a un choque de placas tectónicas que originó que la "piedra" aflorase. No hay que olvidar que la zona oriental de Antioquía está situada sobre una placa tectónica conocida como Batolito Antioqueño que tiene una superficie aproximada de 10.000 km cuadrados.


Vista frontal de las escaleras de acceso a la cima




Ultimo escalón



Una vez convertido en atracción turística, se construyeron escaleras para subir a la cima, en total nada más  y nada menos que 740 son los escalones de adobe que hay que ascender, todos  cada uno de ellos numerados, algo que puede ser una ventaja o todo lo contrario según tu estado físico y como te vayas encontrando durante la ascensión. Una vez en la cima, se puede disfrutar de un fantástico paisaje, una buena parte de la zona está cubierta por agua, aunque no de forma natural, sino consecuencia de que en el año 1970 fue inundada por la empresas públicas de Medellín para constuir un parque hidroeléctrico, lo que provocó un cambio absoluto en la zona.


Vista aérea del Peñol y sus alrededores

Si no lo conocías, esperamos haberte ayudado a conocerlo, ten en cuenta que estamos hablando de uno de los paisajes que ocupan los primeros lugares de cualquier ránking sobre lugares insólitos y poco conocidos de nuestro planeta Tierra.



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