martes, 1 de marzo de 2016

Mike, la curiosa historia del pollo que vivió 18 meses sin cabeza.

Foto Mike
Hoy os traemos una vieja noticia pero a buen seguro no excesivamente conocida, una de esas curiosidades y casualidades que se dan muy pocas veces, y por tanto como este caso son únicas. Era un  10 de septiembre de 1945, cuando  Lloyd Olsen y su mujer Clara estaban matando pollos en su granja de Fruita, en Colorado (Estados Unidos). Olsen  los decapitaba  y su mujer los limpiaba. El hecho insólito ocurrió cuando uno de los 40 o 50 animales que fueron "ajusticiados" por Lloyd no se comportó como el resto. Según Troy Waters, bisnieto de la pareja y también agricultor de Fuita,"cuando terminaron se dieron cuenta de que uno todavía seguía vivo y andaba caminando".  Ante los asombrados ojos del matrimonio Olsen, el pollo corría y corría sin parar por lo que decidieron dejarlo durante la noche en una vieja caja de manzanas y, cuando a la mañana siguiente fueron  a ver qué había pasado, "el animal seguía vivo", afirma Waters.

Foto familia Olsen

Waters escuchó la historia de niño, cuando su bisabuelo vino a vivir con su familia, sus habitaciones eran contiguas y el anciano, que padecía de  insomnio, hablaba sólo  durante horas. "Llevó los pollos al mercado del pueblo para venderlos"(incluido el animal descabezado) y comenzó a apostar unas cervezas a que tenía un pollo vivo sin cabeza. El rumor en torno a este "ave milagrosa"comenzó a correr por Fruita. El diario local envió un reportero a entrevistar a Olsen y dos semanas más tarde se le acercó un promotor de espectáculos llamado Hope Wade, de Salt Lake City, en Utah. Le hizo una propuesta simple: llevar el pollo al circuito de espectáculos de feria, así ambos podrían lucrarse. "En los años 40, ellos tenían un pequeña granja y atravesaban por  dificultades", afirma Waters, motivo  por el cual aceptaron la propuesta. Primero visitaron Salt Lake City y la Universidad de Utah, allí sometieron al pollo a una serie de pruebas y según se afirma  científicos de la universidad decapitaron a varios pollos para ver si alguno sufría la misma suerte, aunque este hecho no está contrastado. Fue allí cuando la revista Life Magazine descubrió la historia de Mike, "el milagroso pollo sin cabeza", que a la postre fue como denominó  Hope Wade al espectáculo. Después, Lloyd, Clara y Mike partieron de gira por EE.UU,  fueron a California y Arizona, y Hope Wade llevó a Mike al sureste de EE.UU. cuando los Olsen tenían que regresar a la granja a recoger la cosecha.
Los viajes de Mike fueron documentados cuidadosamente por Clara en un cuaderno que todavía Waters conserva. Después de la primera gira, los Olsen llevaron a Mike a Phoenix, Arizona, donde el animal falleció ."Allí fue donde murió, en Phoenix", dice Waters. Pero lo curioso del caso no es el hecho de su fallecimiento, sino la forma en que se produjo.  A Mike lo alimentaban con comida líquida y agua directamente por el esófago. Otra función vital con la que lo ayudaban, era limpiarle el moco de su garganta. Lo alimentaban con un gotero y le limpiaban la garganta con una jeringa.
La noche en que murió, los Olsen se despertaron con el ruido del animal ahogándose. Cuando buscaron la jeringa, se dieron cuenta de que se la habían olvidado en la feria y, antes de que pudiesen encontrar una alternativa, Mike se había ahogado  y yacía muerto.

Limpieza de Mike con jeringuilla

Tal y como tú mismo puedes documentar, cuando se le corta la cabeza a un pollo sucede lo siguiente según Tom Smulder de la Universidad de Newcastle (Inglaterra):

  • La decapitación desconecta el cerebro del resto del cuerpo, pero por un corto período de tiempo, los circuitos de la médula espinal contienen todavía oxígeno residual.
  • Sin el aporte del cerebro, estos circuitos arrancan de forma espontánea. "Las neuronas se vuelven activas, las patas empiezan a moverse".
  • Por lo general, el pollo está acostado cuando esto ocurre, pero, en algunos pocos casos, las neuronas hacen que se active el sistema motriz.
  • "El pollo correrá por un corto período de tiempo", dice Smulders. "Pero no por 18 meses, sino más bien por 15 minutos o algo así".
Lo que más sorprendió a Smulders, experto en pollos del Centro para el Comportamiento y la Evolución de la Universidad de Newcastle, es que no haya muerto desangrado. El hecho de que pudiera continuar viviendo sin cabeza es  para él más sencillo de explicar ya que mientras para un humano perder la cabeza significa una pérdida casi total del cerebro, para un pollo es diferente. Algunas referencias de la época indican que el hachazo le quitó a Mike el pico, la cara, los ojos y una oreja, sin embargo, Smulders cree que hasta un 80% de su masa cerebral -y casi todo lo que controla el cuerpo del pollo, incluidos el ritmo del corazón, la respiración, el hambre y la digestión- permanecieron intactos. Ya en su momento se afirmaba que Mike sobrevivió porque parte o todo el tronco cerebral seguía pegado a su cuerpo, pero desde entonces la ciencia ha evolucionado y se ha descubierto que lo que por aquel entonces se llamaba tronco es parte del mismo cerebro. A pesar de que hubo múltiples intentos de intentar repetir la historia de Mike, todos ellos fracasaron. La única explicación razonable encontrada a día de hoy es que el corte fue hecho en el lugar preciso y un coágulo de sangre, también en el momento exacto, evitó que muriese desangrado. Como es fácil imaginar, la probabilidad de volver a repetir ambos hechos de forma simultánea es tan pequeña que explica el fracaso de los diversos intentos de obtener un "nuevo Mike".






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